Guepardo, también conocido como onza africana, es un felino grande que vive en África, aunque hay también poblaciones pequeñas en Irán y en el noroeste de Afganistán. Tiene la apariencia de un leopardo, pero sus características físicas son diferentes: es mucho más esbelto, aunque con un peso similar (entre 50 y 60 kg), la longitud del cuerpo es mayor (entre 1,1 y 1,5 m, sin contar la cola), las patas son muy largas y delgadas, y la cabeza es pequeña y redondeada. Difiere de los otros felinos porque carece de uñas retráctiles y envueltas por una vaina carnosa; por el contrario, sus uñas son romas y están curvadas ligeramente. El pelaje tiene un color pardo amarillento y está cubierto de manchas negras y redondas que se encuentran esparcidas de manera uniforme. En la cabeza tiene una raya negra característica que va desde el ojo hasta la boca. Las crías nacen con un pelaje de color gris ahumado, pero a medida que crecen van adquiriendo las manchas negras propias de los adultos; tienen, además, un manto largo de pelo gris y sedoso que les cubre la espalda y la cabeza durante los primeros cuatro meses de edad. El guepardo es un animal solitario, excepto cuando la hembra está cuidando a sus cachorros o cuando el macho adulto se une a ella en la época de celo; también pueden existir grupos pequeños constituidos por dos o tres machos que son, por lo general hermanos. El periodo de gestación dura alrededor de 90 días y el número de cachorros es de 2 a 4 por camada. El cuerpo del guepardo está adaptado para atrapar a sus presas mediante una persecución corta y veloz, lo que le diferencia del resto de los félidos, que suelen esconderse y esperar el momento más propicio para lanzarse sobre ellas. En distancias cortas, el guepardo es el animal terrestre más rápido: llega a alcanzar una velocidad de 110 km/h. En la caza, la vista es más importante que el del olfato, y los momentos preferidos para capturar a sus presas son el amanecer y del atardecer. Los antílopes pequeños, como las gacelas, suelen ser sus presas preferidas. Los guepardos pueden ser domesticados fácilmente y fueron muy utilizados en otro tiempo para la caza en Asia occidental, India y Libia. En la mayoría de su área potencial de distribución, este animal está considerado en la actualidad como una especie en peligro de extinción, y en las llanuras abiertas de África tropical es una especie amenazada. Las poblaciones salvajes de guepardos poseen un alto grado de consanguinidad, que se manifiesta en la falta de variación genética que presentan. Clasificación científica: el guepardo pertenece a la familia de los Félidos, dentro del orden de los Carnívoros. Está clasificado como Acinonyx jubatus.